Por: Edward Pinilla/ ¿Ha ido alguna vez a comer a Kentucky Fried Chicken?, ¿Sabe cómo construyó el coronel Sanders, su imperio?
En sus comienzos él no era más que un jubilado con una receta para asar pollo. Era propietario de un pequeño restaurante que quebró tras el paso de una carretera. Después de cobrar su primer mes de pensión, decidió averiguar si podría ganar algo con su receta. La ofreció a los dueños de varios restaurantes donde vivía sin ningún resultado. No se rindió y por el contrario optó por recorrer Estados Unidos hasta hallar un patrocinador. Tocó muchas puertas y en todas sucedía lo mismo, ¡no!, recorrió 1.009 restaurantes sin éxito, hasta que en el siguiente sucedió el milagro. Él tenía un objetivo, creyó en sí mismo y siguió adelante seguro de que su sueño algún día sería realidad.
¿Sabes cuál es la diferencia entre un sueño y una meta? Una meta es un sueño con una fecha para hacerla realidad y un sueño, es sólo un sueño, algo que está fuera de la realidad. La clave del éxito en la vida está en definir que se quiere. Cuando tú determinas que quieres alcanzar, empiezas a vivir realmente, quienes no definen el camino a seguir, terminan trabajando para los intereses de quienes saben para donde van.
Sin embargo, ten en cuenta algo, siempre que establecemos una meta, aparecerán dificultades para alcanzar eso que se quiere. Por eso, debes entender que la vida siempre exigirá un precio por lo que se quiere. Para ello, debes preguntarte, si estás dispuesto a pagar ese precio. La vida te devolverá lo que tú quieras, pero ello exige un sacrificio. Y, todo sacrificio trae consigo una recompensa.
Hay millones de personas en el mundo que se creen condenadas a una vida de desgracia y fracaso, porque creen que existe algún poder superior o fuerza extraña sobre la que no tienen dominio. No entienden que son ellas mismas las responsables de lo que está ocurriendo. Son sus pensamientos los que las tiene allí. Tenga en cuenta algo “nos convertimos en lo que pensamos”.
Los pensamientos, tienen el poder de materializarse. Diariamente tenemos alrededor de 60.000 mil pensamientos, de los cuales se repiten al día siguiente el 99 %. Es decir, si hoy pensaste en pobreza, en tristeza, soledad, o enfermedad, mañana pensarás en lo mismo.
La mente humana, se divide en consciente e inconsciente. La primera representa el 5% y la segunda el 95% de la capacidad de la memoria. Es en la mente inconsciente donde reside el poder de la creación. Todo lo que allí esté almacenado se reproducirá en tú vida. Esto significa que somos los creadores de todo lo que sucede a nuestro alrededor.
Es decir, tú creaste ese estado de pobreza, o esa enfermedad, o la soledad, o ese problema en tú hogar, o en tú trabajo o en cualquier circunstancia de la vida. Y, por consiguiente, sólo tú y nadie más que tú, lo puede resolver. En tú mente inconsciente se almacenan creencias, paradigmas, programas mentales, miedos. Esto es, como el software que mueve tú computador biológico.
Por eso debes tener cuidado con todo lo que lees, las personas que escuchas, la información que recibes, pues sin darte cuenta estas programando tú vida. La programación en esta mente inconsciente, se hace a través de dos procesos: percepción de importancia y repetición constante.
Todo lo que haces de esta manera, se convierte en hábito y esto determina tú destino. Le diste importancia a montar bicicleta y luego repetías día tras día sin importar las caídas, y así tú mente creó un programa para montar bicicleta, lo mismo sucedió con nadar, o en situaciones negativas como fumar, beber alcohol, llorar o deprimirte. La fórmula está en repetir y repetir. Así se crea el éxito, repite hasta que lo logres y nunca te rindas.
*Periodista
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