Por: Luisa Fernanda López Caicedo/ Cada lustro aparecen en el cielo, una serie de estrellas fugaces alineadas de manera sincrónica que estuvieron asociadas por muchos siglos, con el final de faraones, reyes y personas que marcaron un momento importante en la historia de la humanidad.

En vida, Daniel Caicedo (a quien en este plano existencial disfruté como mi tío) realizaba analogías de la vida en comparación con las estrellas fugaces y su impactante paso por el universo, en sus múltiples artículos publicados con regularidad en periódicos locales y regionales.
Citando esta misma analogía, también llegó a su final la vida del gran esposo, padre, hermano, tío, amigo, primo, sobrino y amigo: Daniel Caicedo Guerrero, el pasado 27 de enero a sus 63 años y como una estrella fugaz su paso por la vida de muchos, marcó un antes y un después que da cuenta de una vida brillante, tan brillante como una estrella que trasciende en la existencia.
En la ciudad de Bogotá, el abogado Daniel Caicedo, especialista en derecho penal y constitucional, falleció en su apartamento, al ser sorprendido por una muerte repentina y natural. Residía en la capital de la república con su familia, luego de dejar su tierra natal Santander y manejar sus negocios en la ciudad de Bucaramanga, con su oficina de abogados.
Y es que hablar de Daniel Caicedo Guerrero, es hablar de sabiduría, sapiencia, inteligencia y un cúmulo de valores y excelsas cualidades y calidades en un ser humano.
Daniel nace el 9 de abril de 1960 en el municipio de Barrancabermeja, “la bella hija del sol”, en el seno de una familia numerosa, hogar conformado por Simón Caicedo Rojas, trabajador de Ecopetrol y Aminta Guerrero de Caicedo, digna mujer matancera echada pa’ lante, quienes con esfuerzo y tesón sacaron adelante a sus 9 hijos.
Su juventud estuvo marcada por el firme deseo de formarse como abogado y de esta manera “ayudar siempre ayudar”. Este inmenso deseo de empezar sus estudios en derecho se hizo realidad a principios de los 90´s en la Universidad Autónoma de Bucaramanga.
La historia familiar de Daniel inicia en el año 1992 al formar un hogar con Carmen Cecilia Simijaca Agudelo, suaitana y una mujer con dignas cualidades personales y profesionales con quien tuvo tres hermosas hijas: Danna Vannessa, Karen Melissa y Nicolle Samantha, su más grande orgullo.
Este notable abogado tenía una maestría en derecho, además, era miembro y fundador del Colegio de Abogados Penalistas de Colombia. Fue alcalde del municipio de San Andrés Santander y auditor de la Contraloría General de la República.
Además, un referente para muchos juristas en sus cuentas de Twitter (X) @AbogCaicedo y @Veedor12, columnista y pensador quien deleitaba semana a semana con sus columnas de opinión en el Diario El Frente, Corrillos y otros medios de comunicación.
Madrugador muy madrugador, influenciador, generoso, amable y quien siempre tenía en sus labios una frase para referirse a cada quien, siempre haciendo alarde de su fino sentido del humor.
Cuentan incluso que sus clientes, si no tenían como pagar el seguía adelante con los procesos, porque su meta era servir a todos por igual, sin distingo económico, procurando hacer el bien con amor.

Emprendedor y visionario quien por sus iniciativas hoy da cuenta de notables empresas: Coocelander, Funeraria los olivos (Fundador y presidente), Dinapower y empresas de aseo.
Su vida sin duda fue el reflejo de lo que recibió en casa junto a sus padres y hermanos y después junto a su esposa e hijas: amor, lealtad, firmeza y liderazgo, dones que sobresalieron a lo largo de su existencia.
“Hoy despedimos al amigo entrañable, al abogado de excelsas cualidades, pero ante nada al ser humano empático, bondadoso, generoso, el que siempre tenía en el radar a su amada familia, y el servir y ayudar a la gente, hasta siempre querido amigo descansa en la paz del Señor”, fue parte del discurso que pronunció el exalcalde de Bucaramanga Luis Francisco Bohórquez en la eucaristía de exequias en la iglesia San pedro.
Hoy se extraña al extraordinario ser humano, único e irrepetible que promulgaba la frase “la defensa no descansa”. Estamos seguros que tal vez en este plano terrenal ya descansó la defensa, pero en el cielo, con seguridad, seguirá trabajando por el bien y por ayudar a quienes más lo necesiten.
Paz en la tumba del maravilloso ser humano, a quien por fortuna le pude decir con amor adorado tío: Daniel Caicedo Guerrero, descansa en la paz de Dios.
…
*Luisa Fernanda López Caicedo Comunicadora Social – Periodista, locutora profesional, voiceover y voz comercial de prestigiosas marcas locales, nacionales e internacionales, docente universitaria y productora radial.
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).
Agradezco a la Editorial retirar la columna para que la periodista ajuste varios de los hechos fácticos que se relatan a lo largo del escritorio.
Atentamente,
Danna Vannessa Caicedo Simijaca