Los negocios de corretaje para influir en el contrato de las Nuevas Tecnologías en el que se vio involucrada su familia, además de la pésima gestión de Secretarias como la de Desarrollo Social y Salud y el aumento de la inseguridad, son las razones que llevaron a los bumangueses a darle la espalda al alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández Suárez.
Así lo evidencia la última medición de Gallup Poll de febrero de 2018, en la que, en materia de “aprobación” y “desaprobación”, el burgomaestre cayó desastrosamente.
Hernández, al cierre de 2017, había alcanzado un 77 por ciento de imagen favorable, la misma de octubre del mismo año y cuatro puntos más que en agosto. Esta eventual subida llevó a pensar que el mandatario bumangués había logrado recuperar el terreno perdido con el que había iniciado su mandato.
Sin embargo, en el arranque de su tercer año de gobierno las cosas no le fueron favorables, los brotes de corrupción al interior de su Administración -que además entró en el seno de su familia- le pasaron cuenta de cobro. Entre diciembre de 2017 y febrero de 2018 perdió 12 puntos.
En esa misma situación avanza la desaprobación de su gobierno. Hernández, en imagen negativa creció 7 puntos, hace dos meses era del 18 por ciento y ahora su desfavorabilidad es del 25 por ciento.
Además de la pésima calificación que le dieron sus gobernados, la encuesta bimensual de Gallup Poll también deja en claro que hay gran pesimismo con respecto a la situación administrativa de la ciudad. En diciembre de 2017, la percepción acerca de si las cosas podrían mejorar, era del 51 por ciento, pero en febrero se ubicó en el 38 por ciento, por lo que es claro que los bumangueses están convencidos que en materia gubernamental “la cura fue peor que la enfermedad”.
En concordancia con esta apreciación, según la medición, acerca que las cosas podrían empeorar, la percepción de la gente es cada vez más negativa, toda vez, ese pesimismo creció en tan solo dos meses un 18 por ciento, pasando del 40 al 58 por ciento.