Por: Jhon F. Mieles/ Para nadie es un secreto que actualmente en Colombia estamos pasando por tiempos de polarización y de inestabilidad que sumados a las problemáticas globales como la emergencia sanitaria con relación al Covid-19, nos hacen dudar de nuestro futuro no solo como pueblo sino también como familia humana.
Sin embargo, hay que comprender que la oposición y la polarización también hacen parte de una sociedad democrática en la que los ciudadanos tienen el derecho garantizado por la constitución, de exponer libremente sus críticas e ideales políticos y sociales enfocados a seguir construyendo país.
Así mismo de direccionar el potencial humano, para aprovechar sosteniblemente la riqueza y los inmensos recursos de nuestro territorio, primeramente, desarrollando un sentido de pertenencia que nos permita como ciudadanía llevar a cabo iniciativas de desarrollo para construir una sociedad avanzada que no dependa excesivamente del estado para su progreso y prosperidad y que a su vez nos permita posicionar en un plazo razonable a nuestra nación a la altura de las potencias más desarrolladas.
Es por ello que debemos resaltar la importancia de la educación para el desarrollo integral de nuestro país, pues como dice una frase atribuida a Nelson Mandela: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.
No obstante, la educación tal y como se está tornando en la actualidad, no debe consistir solo en adquirir infinidad conocimientos en las diversas áreas del conocimiento humano, sino que también, sepamos cómo implementarlos, comprendiendo también que somos sujetos de derechos, pero también y más importante, sujetos de deberes.
Es importante impulsar que, en el marco de nuestro sistema educativo, se desarrolle también una materia con relación al emprendimiento que nos brinde herramientas que nos permiten luchar por nuestro bienestar propio y también a su vez, aportar valor y contribuir al desarrollo de nuestros territorios.
Ya que lastimosamente la sociedad colombiana se está volviendo cada vez más sedentaria y dependiente de los distintos subsidios y las dadivas del estado, haciendo que cada vez más la gente quiera acceder y tener todo de manera gratuita y sin esfuerzo.
Esto además de ser insostenible en el tiempo y de crear una sociedad dependiente, también multiplica la pobreza, incluso aunque parezca difícil de creer, hay familias que tienen varios hijos solo para reclamar los subsidios de Familias en Acción y esto solo por mencionar un caso.
Aunque si bien es cierto que estos subsidios que deberían invertirse en más obras de infraestructura, representan un auxilio para las familias más pobres, también es cierto que estos subsidios lo único que hacen es que la gente se acostumbre simplemente a sobrevivir.
Lo que impide inequívocamente que la mayoría de individuos no desarrollen al máximo sus capacidades humanas, haciendo que el mayor capital para el desarrollo de nuestra nación como lo es su gente, no se esté desarrollando al máximo y en consecuencia nuestra nación no crezca al mismo ritmo de otros estados.
Por tanto, la solución no puede ser otra que enseñar a nuestros jóvenes a través de la educación que el hombre, por lo tanto, como amo y señor del pensamiento, es el hacedor de sí mismo, el formador y autor de su entorno, y por ello, debemos tomar conciencia que tenemos unas capacidades y un tiempo que debemos monetizar ya que finalmente cada logro personal tiene sus repercusiones positivas en el bienestar colectivo.
Debemos tomar conciencia de que más allá de nuestras circunstancias particulares y de manera acertada que somos dueños del mundo y de nuestros propios destinos no solo como seres individuales sino también como parte de las masas populares.
Pero para canalizar los logros individuales en bienestar colectivo, también es necesario que los jóvenes desarrollen habilidades de liderazgo, ya que el liderazgo es la principal herramienta por la que incluso un solo hombre puede cambiar el mundo, a través de su influencia sobre las masas.
Es por ello que más allá de cualquier concepto de derecha o de izquierda, capitalista o socialista, nuestras habilidades individuales representan el mayor activo de nuestra nación y representan la solución para un verdadero cambio.
Si la humanidad ha alcanzado tan grandes avances tecnológicos y sociales tan solo gracias a las ideas de unos cuantos hombres y mujeres visionarias, entonces imaginémonos los infinitos logros que podríamos alcanzar si todos nosotros nos comprometiéramos a trabajar en torno a un solo ideal.
En síntesis, como ciudadanía, debemos se consientes de los graves problemas y los enormes retos que nuestra amada Colombia tiene por delante, por tanto, debemos consagrarnos con mayor devoción a desarrollar al máximo nuestras capacidades y sobre todo resaltando siempre la importancia de la educación y garantizando que todos nuestros niños y jóvenes puedan acceder a ella.
Ya que esta es una de las mayores prendas de garantía para promover el desarrollo sostenible, buscando forjar progresivamente, un futuro mejor del que cualquiera de nosotros pueda imaginar.
*Tecnólogo Agroforestal, pensador y político.
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