Por: Pedro Bernard Sarqués Plata/ «¿Has oído hablar de la fiesta de anoche?» Solía ser la pregunta principal en los pasillos de la universidad. Pero hoy, el diálogo ha evolucionado a algo más como, «¿viste mi publicación en Instagram sobre la fiesta de anoche?». La tecnología ha revolucionado la forma en que los jóvenes universitarios interactúan y socializan, creando un nuevo mundo digital lleno de oportunidades y desafíos, a los cuales hay que enfrentar de manera sabia y responsable.
Las herramientas tecnológicas han desdibujado las líneas entre lo virtual y lo real, creando un espacio donde las amistades se forman a través de pantallas y los eventos se anuncian con un clic. Las redes sociales, las aplicaciones de mensajería y las plataformas de video en línea han democratizado la socialización, permitiendo a los jóvenes conectarse instantáneamente con personas de todo el mundo y compartir sus experiencias de una manera sin precedentes.
Lo positivo de esta nueva forma de socializar, trae consigo una serie de beneficios. Por un lado, ofrece una mayor accesibilidad, permitiendo que aquellos que de otra manera podrían sentirse marginados o aislados encuentren una comunidad en línea. Además, facilita la conexión entre personas con intereses similares, creando redes de apoyo y amistades duraderas que trascienden las barreras geográficas.
Lo perdido y lo que se debe rescatar, es que no todo son risas y selfies. Con la creciente dependencia de la tecnología para la socialización, se ha perdido el arte de la comunicación cara a cara. Las conversaciones se reducen a mensajes de texto rápidos y emojis, y la habilidad para leer las señales no verbales se debilita. Es importante recordar la importancia de las interacciones en persona y rescatar la magia de una conversación real, sin filtros ni edición.
Además, la socialización en línea también conlleva riesgos. Desde la pérdida de privacidad hasta el ciberacoso, los jóvenes deben ser conscientes de los peligros que pueden surgir al compartir demasiado en línea y al interactuar con extraños. Es fundamental educar a los jóvenes sobre la importancia de proteger su información personal y de mantenerse seguros en el mundo digital.
Entonces, ¿hacia dónde se dirige una sociedad de jóvenes que socializan principalmente a través de herramientas tecnológicas? El futuro es prometedor pero incierto. A medida que la tecnología continúa evolucionando, es crucial encontrar un equilibrio entre lo virtual y lo real, aprovechando los beneficios de la socialización en línea mientras se preservan las conexiones humanas genuinas.
Si bien la tecnología ha transformado la forma en que los jóvenes universitarios interactúan y socializan, es importante que no descuiden el desarrollo de habilidades de socialización interpersonal que son fundamentales para el éxito en la vida. La educación superior ofrece numerosas oportunidades para fortalecer estas habilidades a través de experiencias prácticas, actividades extracurriculares y programas de desarrollo personal. Al combinar la tecnología con el desarrollo de habilidades interpersonales, los jóvenes pueden prepararse para enfrentar los desafíos del mundo real de manera más efectiva y satisfactoria.
En última instancia, la clave está en recordar que la tecnología es una herramienta para facilitar la socialización, pero no puede reemplazar la autenticidad y el calor humano de las interacciones cara a cara. Así que adelante, desliza, comparte y etiqueta, pero no olvides levantar la vista de la pantalla de vez en cuando y disfrutar del mundo que te rodea.
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*Ingeniero de Sistemas, director de proyectos de innovación tecnológica.