El desempleo en Barrancabermeja supera el 25 por ciento en un claro contraste con Bucaramanga que se precia de manejar cifras de desempleo de un solo digito. Uno de los desempleos más altos del país y uno de los más bajos en el mismo departamento. Sin embargo para que ambas ciudades estuvieran en un escenario ideal de progreso y buen empleo solo se necesitaría una decisión pro-país. Y ese ideal no solo sería para Santander sino para todo Colombia.
Las cifras preocupantes que presenta Barrancabermeja surgen, a primera vista, de los sueños idílicos que le pintó Ecopetrol con la millonaria inversión en el Proyecto de Modernización de la Refinería de Barrancabermeja -PMRB- que generaría seis mil empleos. Ese incremento de empleabilidad afectaría a todos los sectores relacionados en forma directa e indirecta en la ciudad y el departamento. Cuando Ecopetrol echó para atrás el PMRB la estantería se derrumbó y se generó una crisis en menos de tres años. Hoy existe un rezago económico en la ciudad del 50 por ciento, según cifras de Fenalco.
Si de sacar conjeturas se trata se diría de plano que Ecopetrol es mala y después de cien años de sacar el petróleo de las entrañas de la región ahora le da la espalda a Barrancabermeja y su gente. Pero no todo es blanco o negro, hay zonas grises.
Con base en ese punto y otros el candidato santandereano al Senado por el Polo Democrático, Leonidas Gómez Gómez, aseguró que “esos son movimientos estratégicos perfectamente dirigidos por los compradores en contubernio con los ejecutivos de Ecopetrol y con algunos malos gobernantes que se ponen la camiseta tricolor de Colombia para marcarle autogoles al país”. Según Gómez se quiere mentalizar la idea de que Ecopetrol es mala para que la gente presione su venta.
(Lea también: Pese a que Leonidas Gómez-Gómez devolvió el pergamino, la condecoración sigue vigente)
Mayores reservas de agua son subterráneas
Y es que Ecopetrol ahora condiciona al país para hacer el PMRB porque quiere que acepte el fracking ante lo cual Gómez-Gómez asegura que “ya está prohibido en muchos países del mundo. Hay países que después de haberlo probado lo rechazaron, porque de toda el agua que hay en el mundo el 70 por ciento son mantos acuíferos subterráneos. Es decir que el agua de los ríos y el agua de los lagos que usted ve es apenas el 30 por ciento del agua, quiere decir que las mayores reservas de agua son subterráneas y esas se contaminan con el fracking”.
El fracking, explicó el empresario, consiste en “hacer unas perforaciones y meterles chorros de presión de agua cargados de una cantidad de aditivos que son venenos para sacar por presión el petróleo a la superficie y las aguas de la superficie quedan contaminadas y luego esas aguas afloran hacia zonas más bajas y contaminan las reservas acuíferas de las cuales vamos a tener que vivir en el futuro. Porque hoy en día se están secando varias quebradas y casi un río diario en el mundo. Lo que tenemos que cuidar hoy más que nunca son los acuíferos subterráneos y esos son los que nos van a envenenar los del fracking”.
Como empresario que es de toda la vida, Gómez señala que “en mi política de principios me parece que el negocio no es sacar petróleo, porque cuando usted saca petróleo está expuesto al comercio internacional, al sube y baja de los precios, a los condicionamientos de la Opep (Organización de países exportadores de petróleo) y tiene por ejemplo en una década precios a 130 dólares el barril y a la siguiente lo tiene a 30 dólares, pero nunca baja la gasolina. La gasolina conserva el precio cuando el petróleo baja e incluso sube, como pasa en Colombia, que mientras baja el precio del petróleo la gasolina sube. El negocio para países como Colombia es refinar y tenemos la Refinería de Cartagena Reficar y la Refinería de Barrancabermeja que si la modernizamos, la potencializamos, podemos hacer el negocio que le conviene al país que es refinar, incluso importando petróleo”.
“Colombia -dijo- saca dos clases de petróleo: el crudo liviano y el crudo pesado. El pesado es el que al refinarlo produce más sedimentos y es más difícil de tratar, así que nosotros hacemos el negocio de los bobos porque exportamos el petróleo liviano, el que es fácil de refinar, y cargamos las refinerías con el crudo pesado que deja mayor cantidad de sedimentos. Deberíamos importar petróleo barato. Si el petróleo está barato en el mundo comprémosle a África, a Venezuela, a los que tienen excedentes y refinemos que es donde está la ganancia”, dijo.
(Lea también: La decisión de Schmalbach de renunciar a la Asamblea de Santander y aspirar a la Cámara)
Tendencia perversa de vender lo que produce
Además, dijo Gómez-Gómez, “la política que tienen es orientar a Ecopetrol para que produzca pérdidas, para generar dentro de los colombianos el sentimiento de la necesidad de venderla porque hay la tendencia perversa de vender a la empresa más productiva de la nación”.
Explicó Gómez que “el estilo que se ha venido utilizando es que esas empresas que son altamente productivas primero se les da la orden de que empiecen a prestar un mal servicio, cuando son de servicios como el caso de Telecom, o en este caso que empiecen a producir cada vez menos e inclusive hasta llegar a generar pérdidas para poner la opinión pública a favor de venderlas. Y después de que se venden a la Shell, la Exxon o la BP o cualesquiera de estas multinacionales y ellas la compran ¡oh sorpresa! Empiezan a generar multimillonarias ganancias”.
“Uno no puede caer -dijo- en ese ajedrez de la política económica del país que está orientada a crear las condiciones para vender a Ecopetrol. Ecopetrol es una empresa que se soporta en una red que conforma un holding que la hace estable. Por ejemplo después de que Ecopetrol compró a Propilco que es la fábrica que en Cartagena produce el material para hacer plástico, la compró casi en ruinas, la compró en mal estado, la modernizó, la puso como una tacita de plata y la puso a producir, la Junta Directiva de Ecopetrol aprobó venderla. Y tienen la intención de vender el Cenit que es la empresa que transporta el crudo y la gasolina, una empresa altamente rentable. Y lo que es peor, Ecopetrol consciente de la necesidad de ir buscando alternativas con energías renovables montó Bioenergy y después de invertir en ella una gran cantidad de dinero ahora la quieren vender a pérdida, considera la posibilidad de venderla sin ni siquiera sacar los costos que se invirtieron, cuando todo lo contrario Ecopetrol debe liderar la política de investigación de tecnología para utilizar alternativas distintas a los combustibles fósiles y no vender las empresas”.
“Así han venido vendiendo una detrás de otra las empresas que le daban un soporte. Todos los empresarios sabemos que uno no puede tener todos los huevos en la misma canasta sino que hay que tener varios pies y Ecopetrol cuando era manejada con el criterio patriótico de ponerla a producir para obtener las mejores utilidades para el país hizo lo correcto, pero ahora cuando la orientación es venderla hacen lo contrario, la debilitan y cuando ya solo nos queden convertidas en chatarra las refinerías entonces las venden. Esos son movimientos estratégicos perfectamente dirigidos por los compradores en contubernio con los ejecutivos de Ecopetrol y con algunos malos gobernantes que se ponen la camiseta tricolor de Colombia para marcarle autogoles al país”.
(Lea también: Yolanda Blanco: “Con orgullo le entregamos la condecoración y con humildad se la recibimos”)
Solo se consume y no se produce en el país
Leonidas Gómez-Gómez, candidato al Senado por el Polo Democrático, le apostó a la Gobernación de Santander en 2015, pero los más de 200 mil votos que obtuvo no le alcanzaron. Era la primera vez que se lanzaba a un cargo de elección popular ya que este hombre de 69 años está dedicado es a ser un empresario del turismo inmobiliario industrial, profesor de universidad en posgrados. “Soy como una colcha de retazos unida por el hilo de la búsqueda y la rebeldía”, dijo.
Su amigo personal Jorge Robledo, presidente del Polo Democrático, convenció a Leonidas para que hiciera parte de esa fuerza opositora de las líneas tradicionales del país y se lanzara al Senado.
¿Por qué Leonidas Gómez-Gómez quiere llegar al Senado, qué haría allá, con quién trabajaría en ese escenario? Su respuesta señala que iría a favor de los empresarios. Sin embargo el Polo Democrático ha defendido derechos de los trabajadores que tiene hoy a unos empresarios pasando penas por los altos costos que cuesta tener un empleado formal.
No obstante Gómez reiteró que “quiero ser el Senador, por ejemplo, de los empresarios. En Santander se han acabado, o se han ido, o se han vendido las principales fábricas, las que nos producían orgullo ajeno y las que generaban una dinámica económica social. Quiero ir a luchar para que no se siga importando lo que se puede producir con capital y mano de obra local. Quiero ir a luchar para que el estado colombiano genere políticas claras de apoyo a la industria, a la manufactura y a la producción agropecuaria”.
“Santander -dijo- era el departamento que mejor calzado producía en Colombia. La producción se ha reducido al mínimo porque incluso en San Francisco encontrar un zapato de producción nacional es muy difícil, hoy predomina el zapato chino, el brasileño, el español, el zapato importado, el zapato que triangulan y lo meten al país a través de los tratados de libre comercio. Son productos que vienen subsidiados desde sus países de origen y contra los cuales nuestros productores no pueden competir y cada vez están más desestimulados y han abandonado las fábricas y troqueladoras, pulidoras y todos los equipos quedan archivados”.
“Necesitamos -dijo Gómez- recuperar la capacidad productiva de las confecciones. Bucaramanga y Santander fueron líderes en confecciones y en particular en confección infantil, había fábricas de tres mil operarias y se cubrían los mercados de Japón, de Aruba, de Curazao. Margareth Fashion y Periquita eran grandes fábricas entre muchas otras. Cómo es posible que esa mano de obra hoy esté cesante”.
“La interferencia que representan las importaciones ha hecho que hoy en día de la gente que tiene trabajo el 78 por ciento es trabajo informal, el rebusque, y eso es porque no hay industria, porque no hay empresas manufactureras y porque la producción agropecuaria decayó. Cuando se iba para Santa Marta al salir de Santander, Valledupar te recibía con campos sembrados de algodón, cinco mil tractores roturando la tierra y gigantescas cosechadoras y pistas para las avionetas de fumigación y había toda una economía en torno al algodón que se acabó, porque el gobierno empezó a importar algodón. Éramos productores de maíz, hoy en día importamos el ciento por ciento del maíz que se necesita para la industria avícola para hacer concentrado. Éramos productores de cebada, toda la cerveza que se hacía en Colombia era con cebada cosechada en la región de Málaga, provincia de García Rovira. Hoy en día ni la cebada ni la cerveza son colombianas porque Bavaria se vendió y la SABMiller compra la cebada en los mercados internacionales. Consumimos mandarinas traídas de Canadá y a la orilla del Río Magdalena venden bocachico argentino, importamos todo lo que podemos producir, desestimulamos la producción y la gente lo único que pide es que la dejen trabajar. El gobierno interfiere al que quiere trabajar, trabajar se ha convertido en un acto subversivo porque es en contra de las políticas oficiales del estado”, dijo Gómez-Gómez a la Revista Corrillos!
(Lea también: En medio de la incertidumbre electoral, partidos ya están tomando decisiones para 2018)