Por: Débora Melissa Escudero Sepúlveda/ Aún me cuesta mucho trabajo hallar coherencia en algunos de mis hermanos, se me hace incomprensible el papel de algunos en campañas políticas como las de Bolsonaro o Duque.
Si vamos a imitar a Jesús, hagámoslo desde el entendimiento y el amor, desde su lucha por la Justicia y la reivindicación de derechos.
Rafael Luciani, un teólogo venezolano decía que “La experiencia de Jesús nos puede sorprender. Primero, practica la no violencia como única forma de reaccionar frente a quien provoca el mal, y segundo, fomenta solidaridades fraternas para construir un mundo justo que apueste por el bien del otro, porque está convencido de que sólo son -bienaventurados los que luchan por la justicia- (Mt 5,10) y -promueven la paz- (Mt 5,9). Estas actitudes diferenciaron a Jesús de muchos representantes políticos y religiosos de su tiempo que fomentaban la exclusión, la compra de conciencias y el miedo para sostenerse en el poder”.
Al parecer poco ha cambiado desde entonces, y seguimos siendo los hipócritas que Él tanto criticó.
Desde mi lógica, si quisiera convencer a alguien de que está equivocado, con violencia no voy a conseguir que cambie de opinión de forma genuina o espontanea, entonces ¿por qué llevamos nuestras conversaciones en lenguajes tan inapropiados?, ¿cuál es el miedo a que todos vivamos en igualdad de derechos? ¿Por qué tantas noticias falsas?
Y sí, con esto me refiero a dos hechos puntuales que han llamado mi atención, por un lado, una marcha en contra de una supuesta ideología de género, cuando en ese par de decretos hablan es de políticas de inclusión con sellos como “aquí entran todos”, para que en establecimientos de comercio actúen bajo principios de Igualdad el cuál es legítimo y constitucional para que promuevan la cultura de NO discriminación.
Esa misma garantía que se les está dando a la comunidad LGTBI se le dieron también a nuestras iglesias y comunidades religiosas por medio de la resolución 0889 del 9 de junio de éste año en el Ministerio de Interior donde se estableció la creación de una política integral que garantizara el ejercicio de las prácticas religiosas y de cultos, la diversidad de creencias, la equidad de las organizaciones del sector religioso frente a la ley.
Mis hermanos en la fe, un poco de amor, comprensión, empatía.
Por otro lado, los comentarios de odio a los estudiantes, señalándolos a todos de vándalos, desinformando y distorsionado las realidades o hacia la fuerza pública. No es necesario estar en cuerpo presente en esos enfrentamientos, también se incita a la violencia cuando se apoyan ese tipo de conductas, debemos rechazarlas y promover las manifestaciones pacíficas.
Estamos obligados a dar ejemplo como pacifistas, entender que nuestra sociedad es desigual, que hay personas tratando de sobrevivir en un mundo hostil, que no hay ciudadanos de segunda categoría, recordemos que: “Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica”.
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