Lo que inició como una amena charla entre el alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández y el concejal de la Alianza Social Independiente (ASI), John Jairo Claro Arévalo, terminó en una bronca, que incluyó un golpetazo de la primera autoridad hacia el corporado y la revelación de varias ‘verdades’ sobre los comportamientos poco transparentes del mandatario y su familia en temas de gobierno.
La situación se dio este miércoles, a primeras horas, en el despacho de Hernández, en una entrevista solicitada con antelación por parte del concejal, que inicialmente se iba a dar el día de ayer, pero por situaciones de agenda, el alcalde debió aplazarla para el día de hoy, aseguró una fuente cercana al despacho municipal.
La charla, a medida que iba avanzando se fue calentando. El concejal le expuso al alcalde sobre las situaciones generadas por la Secretaria de Hacienda, Olga Chacón, razones que apuntan a una moción de censura de la corporación edilicia contra la funcionaria; base para que sea declarada insubsistente de lograr las mayorías absolutas en la votación.
Claro Arévalo, quien en el arranque del gobierno decidió apoyar la Administración Rodolfo Hernández, hoy sufre en carne propia el vergonzoso comportamiento de su antiguo aliado. La reunión tocó temas espinosos, como la vinculación de un hijo y la esposa del alcalde en el escándalo de Vitalogic, donde el propio mandatario estaría comprometido en un grave acto de corrupción.
Tal como se observa en el video, Rodolfo Hernández, tras advertir que el concejal era un mentiroso, por haber dicho en campaña que era un profesor de la UIS y no un docente por horas, decidió irse a los golpes, ante la respuesta del corporado de ASI, quien le recordó su pasado oscuro, sus sociedades con empresarios y dirigentes políticos a quienes hoy denuncia.
Pero además del golpetazo que le propinó Hernández a Claro, que evidenció una salida de control del alcalde, el propio mandatario no dejó de insultar al cabildante con palabras soeces, salidas de tono; que han generado indignación y vergüenza en la sociedad bumanguesa.
Tanto el comportamiento grosero como el propio golpe que le propinó al concejal, será base de una investigación disciplinaria y penal en contra del burgomaestre.